Es incuestionable que lo más decisivo en el hombre es su vida, que se inicia en la gestación y culmina en la muerte. En consecuencia, no sólo el actuar del hombre, sino que su misma vida es objeto de la consideración ética. Pero la vida humana -su origen, conservación y acabamiento-, que es objeto de estudio de la Biología, de la Genética, de la Medicina..., ha experimentado tales avances científicos, que a nuestra época cabe denominarla como la «era biológica», al modo como la década de los años cuarenta se llamó la «era atómica». Como es lógico, estos avances han de ser recibidos con gozo, dado que están destinados no sólo a conocer el origen y la naturaleza de la vida, sino que ayudarán a una notable mejora en la calidad de vida del hombre.
(extraido del texto formulado por el Pbro. Luis Rifo F.)
domingo, 5 de abril de 2009
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