Alcoholismo y drogadicción
Son dos hechos no nuevos, sino que cuentan con una larga tradición. El abuso del alcohol es reprobado en muchos textos de la Biblia (Prov 23, 29-35; 31, 4-5; Eccl 19, 1; Is 28, 7-8, etc.), y San Pablo lo recoge en las listas de pecados (Rom 13, 13;! Cor 5, 11; Gal 5,21;! Tes 5,7).
Pero el fenómeno actual, sobre todo de la drogadicción, produce males sin cuento, no sólo al interesado, sino a la sociedad, pues provoca el tráfico y comercio clandestino que mueve grandes capitales de dinero con el consiguiente mal social. De ahí las numerosas condenas de los últimos Papas. Como resumen de ellas cabe citar el juicio moral que ofrece el Catecismo de la Iglesia Católica:
«Fuera de los casos en que se recurre a ello por prescripciones estrictamente terapéuticas, es una falta grave. La producción clandestina y el tráfico de drogas son prácticas escandalosas; constituyen una cooperación directa, porque incitan a ellas, a prácticas gravemente contrarias a la ley de Dios» (CEC, 2291).
(extracto del texto del Pbro. Luis Rifo F.)
lunes, 13 de abril de 2009
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